Cuando en Maracaibo, Venezuela y el mundo, suena un tambor y se alborotan los pies sin permiso, es porque seguramente por ahí anda Roberto González, El Príncipe de la Guaracha, encendiendo corazones con su ritmo pegajoso y su voz hecha criolla y pegajosa.
Nacido en Bachaquero, tierra de petróleo, calor y talento, Roberto creció entre cables, cornetas y tambores. Su papá trabajaba con equipos de sonido, y fue ahí —en esas madrugadas de montaje y fiesta— donde comenzó a forjarse el artista. A los diez años ya era percusionista, y no pasó mucho para que se convirtiera en un músico completo, productor e intérprete, con una misión clara: llevar la guaracha zuliana a otro nivel.
Pero no se equivoquen, esto no es folklore en conserva. Lo de Roberto es evolución: fusiona lo tradicional con sonidos actuales, viste de gala a la guaracha y la sienta en la mesa grande de la música latina. Su propuesta no solo revive las raíces, sino que también las proyecta hacia el futuro. Por eso su show además de que se escucha… ¡se baila!
En 2024 dio un golpe sobre la tarima con su álbum “Este Soy Yo”, un disco donde dejó la piel y el alma. Con temas como "Con la punta del pie", "Te necesito" y "Sabes que te quiero", Roberto no solo mostró su versatilidad, sino que dejó claro que la guaracha también puede ser romántica, callejera, elegante y poderosa.
Además, ha sabido rodearse de grandes nombres: Oscar D’ León, Argenis Carruyo, Diveana, Nelson Arrieta… todos han compartido escena o estudio con él. ¿Y cómo no? Si cuando Roberto se monta, la tarima se vuelve Maracaibo, y el mundo se convierte en un solo swing zuliano.
Hoy, su gira "Bailando a lo Zuliano" lo lleva por varios países, EEUU, Colombia, Argentina; Chile, entre otros, poniendo a gozar a la diáspora venezolana y a todo aquel que tenga alma de rumbero. Y aunque su música ya suena en ciudades como Miami, Buenos Aires o Madrid, él siempre vuelve a su raíz: el Zulia.
Desde Onda Hispana Radio, como buenos zulianos, nos sentimos orgullosos de respaldar a quienes defienden y elevan nuestra cultura. Creemos firmemente que la guaracha zuliana es patrimonio vivo y ritmo universal.
Porque como bien dice Roberto González:
“¡Y de que volvemos a guarachar… volvemos!”