Colmenar de Oreja: orígenes, patrimonio y piedra viva
Por Alejandro González
Publicado en 30/10/2025 20:11 • Actualizado 30/10/2025 20:37
Historia

 

Ubicada en la comarca de Las Vegas, a unos 50 kilómetros de Madrid, Colmenar de Oreja es una villa que guarda en su piedra y en su gente siglos de historia. Su nombre, su arquitectura y su entorno reflejan la herencia romana, medieval y artesanal que la definen hasta hoy.

1. Orígenes e hitos históricos

Las primeras huellas humanas en Colmenar de Oreja datan de la Segunda Edad del Hierro, en los escarpes del río Tajo y el yacimiento de Los Castrejones, habitado por la tribu carpetana. En el año 220 a.C., la zona fue escenario de la célebre Batalla del Tajo, donde los carpetanos, olcades y vacceos fueron derrotados por las tropas de Aníbal Barca.

Durante la dominación romana, la villa —conocida como Apis Aureliae— prosperó gracias a la agricultura y la apicultura. En el siglo XII, el Castillo de Oreja fue reconquistado por Alfonso VII, quien otorgó el histórico Fuero del Castillo de Oreja (1139), documento jurídico que sirvió de modelo para otros municipios castellanos.

2. El origen del nombre

El topónimo “Colmenar de Oreja” combina dos raíces: “Colmenar”, que alude a la abundancia de colmenas y a la tradición apícola de la zona, y “Oreja”, derivado del antiguo nombre romano Aurelia o Aureliae, que evolucionó fonéticamente con el paso de los siglos.

Así, el nombre significa literalmente “el colmenar del lugar de Aurelia”, y su escudo conserva una colmena como emblema del trabajo y la identidad local.

3. La piedra que edificó Madrid

Otro de los pilares de Colmenar de Oreja es su piedra. La villa fue famosa por sus canteras de caliza blanca, una roca fosilífera compacta conocida como “Piedra de Colmenar”.

De estas canteras se extrajo material para construir algunos de los edificios más emblemáticos de Madrid, como el Palacio Real, la Puerta de Alcalá, la Catedral de la Almudena y partes del Museo del Prado. Su calidad y resistencia la convirtieron en una de las piedras más valoradas por los arquitectos del siglo XVIII y XIX.

Junto con la agricultura, la tinajería y la elaboración de vino, la extracción de piedra consolidó la economía local durante siglos, dejando una huella que aún define su paisaje.

4. Patrimonio y cultura

El casco urbano de Colmenar de Oreja está declarado Bien de Interés Cultural por su valor arquitectónico y patrimonial. La Plaza Mayor, con soportales de piedra y balconadas de madera, es uno de los ejemplos más bellos del urbanismo castellano. También destacan la Iglesia de Santa María la Mayor y el Museo Ulpiano Checa, dedicado al pintor local que llevó el nombre de la villa a Europa.

5. Reflexión final

Colmenar de Oreja es más que una villa madrileña: es una lección viva de historia, arquitectura y trabajo. Sus colmenas dieron nombre al pueblo; su piedra, forma a Madrid. Recorrer sus calles es descubrir cómo la naturaleza y el esfuerzo humano pueden tallar la identidad de un lugar.

investigación: Periodistas Onda Hispana Radio

Fuentes: Ayuntamiento de Colmenar de Oreja, Visit Madrid, Wikipedia, Turismo Comunidad de Madrid, Tectónica Archi, La Razón, Cuaderno de Viaje.

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