El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el magnate tecnológico Elon Musk, protagonizan una de las confrontaciones más intensas del año. Lo que comenzó como una crítica empresarial escaló a un choque de titanes con consecuencias políticas, económicas y mediáticas a nivel global.
El desencadenante fue una dura crítica de Musk al nuevo plan fiscal propuesto por Trump, al que calificó como una “abominación repugnante” por su potencial impacto en el déficit nacional. Trump, visiblemente molesto, respondió con amenazas directas: “Si Elon sigue atacando, cancelaré todos los contratos federales con Tesla, SpaceX y Starlink”.
Las palabras no cayeron en saco roto. Musk, fiel a su estilo incendiario, usó su propia red social X para contraatacar. No solo defendió sus posiciones fiscales, sino que insinuó que Trump tendría vínculos con los documentos no revelados del caso Jeffrey Epstein. La publicación explotó en redes, generando miles de reacciones y encendiendo el debate sobre transparencia, ética y poder en EE.UU.
Pero el impacto no se quedó en lo político. El mercado reaccionó con fuerza: las acciones de Tesla cayeron un 14%, perdiendo más de 150 mil millones de dólares en valor bursátil, reflejando el nerviosismo de los inversores ante un conflicto que ya no es solo verbal, sino estratégico.
Una grieta en el Partido Republicano
Lo más relevante es que esta disputa representa una grieta visible dentro del propio campo conservador estadounidense. Musk, que en ocasiones ha coqueteado con ideas libertarias, propone ahora un nuevo partido político de centro, alejado del populismo de Trump y del progresismo demócrata.
Este choque no es simplemente una cuestión de egos. Es una lucha por el control narrativo de la derecha en EE.UU., en un año preelectoral donde el liderazgo, la economía y la visión de futuro del país están en juego.
¿Quién gana?
A corto plazo, ambos pierden: Trump ve tambalearse su influencia sobre el mundo empresarial, mientras Musk enfrenta una caída de confianza entre inversores. A mediano plazo, sin embargo, este conflicto podría redefinir el mapa político estadounidense.
Redacción: Alejandro González
Fuente: Reuters, Huffington Post, X.com
Foto: Cortesía web